¿POR QUE?
Los drones han supuesto una revolución en el trabajo topográfico. En primer lugar, por la importante reducción de costes que suponen. Esto ha permitido, que proyectos que no eran viables por su elevado coste hoy se puedan realizar sin problemas. Y no estamos hablando solo de los costes económicos o de personal, también de tiempo. Por ejemplo, examinar un terreno podía costar días o semanas dependiendo de su extensión. Hoy en día con un dron en menos de una hora puedes examinar unas cien hectáreas, con lo que el avance es muy importante.
Esta tecnología además permite capturar un mayor número de puntos para realizar planimetrías. El levantamiento topográfico que se consigue con ellos aporta mucha más información gráfica y real que un levantamiento topográfico tradicional, gracias a sus cámaras de última generación. Y como con un dron se puede llegar a zonas de difícil acceso o incluso inaccesibles, se amplía el conocimiento del lugar y de los alrededores, con lo que conseguimos mayor información. Además, así se consiguen evitar riesgos innecesarios para el topógrafo, porque no tienen que ir por zonas de difícil acceso debido a la geografía del terreno, ni por zonas altamente contaminadas ni peligrosas (como volcanes o incendios forestales).
OTRAS VENTAJAS
A parte de lo que acabamos de nombrar, se unen otras características que hacen de drones y topografía la combinación perfecta:
- No hay que pedir la programación de satélites o permisos para los vuelos tripulados.
- Como los drones vuelan bajo, no les afectan las condiciones atmosféricas adversas que si pueden afectar a satélites o a vuelos fotogramétricos tripulados.
- Las fotografías son de muy alta resolución y están disponibles inmediatamente.
- Son más económicos que contratar vuelos fotogramétricos tripulados.
Las aplicaciones que tienen los drones en topografía son variadas, pero podemos destacar los tres usos más habituales. Sobre todo, se utilizan para la actualización de la cartografía, recogiendo información visual detallada del terreno para actualizar mapas o mejorar su nivel de detalle. Así se crean mapas topográficos tridimensionales, generados a raíz de las imágenes y datos recogidos por el dron. Son mucho más precisos, con más información (el margen de error es de entre uno y cinco centímetros) y se generan con una mayor rapidez.
Otra aplicación de los drones en topografía es el estudio de una zona de cara a una obra, principalmente las grandes obras públicas, pero también para obra civil, la agricultura o para la minería o las canteras. En estas obras es importante conocer y estudiar bien el terreno donde se va a trabajar y hacerlo con rapidez. Y nada mejor que los drones para conseguir rapidez y precisión.
Una rapidez y precisión que también es fundamental en la actualización del catastro de un área determinada. Los drones permiten hacer revisiones catastrales y detectar infracciones sin llamar mucho la atención, lo cual es importante para los ayuntamientos.